El Partido Revolucionario Institucional (PRI) condena enérgicamente el asesinato de David Sánchez Malagón y exige a las autoridades competentes esclarecer el atentado que le costó la vida, que no sea un crimen más que quede cubierto por un manto de impunidad.

Para el PRI, el homicidio del ex presidente municipal de Apaseo el Alto es una prueba más de que urge que los tres niveles de gobierno den resultados en materia de seguridad, en la prevención de actos de violencia como el ocurrido la mañana de este miércoles.

Frente a la imparable ola de asesinatos urge que las autoridades estatales y federales asuman el papel que les corresponde en materia de prevención y de procuración de justicia, porque el nivel que ha alcanzado la cifra de homicidios es una situación inadmisible y los más afectados son los ciudadanos.

Hasta ahora, ante la falta de resultados en materia de seguridad, hombres y mujeres nos encontramos en estado de indefensión porque la detención de presuntos responsables es la excepción y la inmensa mayoría de los homicidios no se castigan.

Eso ha contribuido a que en municipios del estado los asesinatos sean recurrentes y que esos crímenes, que son la manifestación más violenta de la inseguridad, tengan en jaque a zonas del estado como la región Laja-Bajío, de la cual forma parte Apaseo el Alto.

El homicidio de David Sánchez Malagón es doblemente lamentable porque venía de sufrir una experiencia traumática, un secuestro del que quedó en libertad el 2 de agosto del 2020, además de que previamente había denunciado amenazas en contra de su persona y de su familia, lo que evidencia que autoridades estatales no le brindaron ningún tipo de protección para evitar que nuevamente fuera víctima de la violencia, esta vez con consecuencias fatales.

Para el PRI, esclarecer atentados como el que costó la vida a quien presidió el Ayuntamiento de Apaseo el Alto en el trienio 2009-2012, es una exigencia que espera respuesta de autoridades que hasta ahora prácticamente no han hecho nada para evitar que los ciudadanos no confíen en quienes deben garantizarles seguridad.